Algunos de los que levantan la bandera de la tolerancia, suelen en el contexto de los debates acalorado utilizar términos despectivos para referirse a los que inconscientemente consideran inferiores a su linaje. El negros de mierda comúnmente describe el fastidio por el exceso de subsidios, asignaciones, el exceso de gasto público. El ganado humano o seres usados por ignorantes, representa la manifestación por excelencia que realiza un análisis sociológico de los manifestantes que se expresan en apoyo de una determinada corriente política o en su caso de los que quizás siguen a algún referente sindical.
Estas situaciones me recuerdan mucho a un profesor de la facultad, que siempre se refería a esa clase de personas que por su status económico asociaba pobreza con ignorancia, pobreza con elección de vida (vagancia), como una regla insoslayable. Personas que se alimentan todos los días, y sin embargo usan un lenguaje digno de un falto de sabiduría, de respeto, de cordialidad, un lenguaje digno de un “pobre”, de esos pobres que tiene cosas materiales.
La grieta es alimentada desde diferentes sectores, y en parte la creo justa, no todo da lo mismo, no todos somos lo mismo y no todo es igual. Pero yo valoro las diferencias, tengo fe en la defensa de los ideales frutos de la convicción innata y nunca me animaría a reclamar consenso absoluto entre partes antagónicas que pujan por espacios de poder. Si me animo a pedir respeto, me animo a construir desde el diálogo reflexiones en las cuales quizás no me seduzcan los fundamentos del otro, pero pueda valorar e interpretar sus maneras de analizar las cosas, y por ahí, un tercero, de ese debate, saquen otra conclusión, y así, ir haciendo más democracia, ejercer libertad de expresión regalando buena expresión.
Publicado en una respuesta a una nota de Ramallo Informa en el Facebook de estacionnba por Juan Civetti.
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