La selección de Brasil, conocida históricamente por ser una potencia en el fútbol sudamericano, ha vuelto a decepcionar en la Copa América. Sin la presencia de Vinicius Jr., Brasil no logró imponer el miedo que solía caracterizar a su equipo en años anteriores.
A pesar de contar con talentosos jugadores como Vinicius Jr, Rodrygo, Raphinha y Endrick, no pudo replicar el temor que inspiraban las glorias de las décadas pasadas. Incluso Neymar, que observó desde la tribuna del Allegiant Stadium de Las Vegas, no pudo ver a su equipo triunfar.
Brasil ha perdido una cualidad esencial: la alegría y la creatividad en el juego que solía encantar al mundo. Ni Tite, en su última etapa, ni los técnicos posteriores, incluidos Ramon Menezes, Fernando Diniz y ahora Dorival Junior, lograron recuperar esa magia.
Desde su eliminación en los cuartos de final del Mundial de Qatar 2022, Brasil ha tenido un rendimiento irregular. En 2023, perdió en amistosos contra Marruecos (2-1) y Senegal (4-2). Aunque comenzó bien las Eliminatorias con victorias sobre Bolivia (5-1) y Perú (1-0), posteriormente empató con Venezuela (1-1) y sufrió derrotas contra Uruguay (2-0), Colombia (2-1) y Argentina (1-0). Actualmente, Brasil ocupa el sexto lugar en la clasificación hacia el Mundial 2026, beneficiado por el nuevo formato de 48 equipos.
En la Copa América 2024, Brasil no llegó como favorito, con Argentina, Uruguay y Colombia considerados un escalón por encima. Venezuela se presentó como la revelación del torneo. Sin Vinicius (suspendido) ni Neymar (lesionado), y con Rodrygo y Endrick incapaces de asumir el liderazgo, Brasil fue eliminada por penales ante Uruguay, un equipo que tampoco mostró mucho mérito.
El fracaso de Brasil en esta Copa América refleja la necesidad de una profunda reflexión y reestructuración para recuperar la grandeza que alguna vez los hizo invencibles en el continente.
Fuente gráfica: Clarín.