El superclásico más caliente de la argentina y uno de los más importantes a nivel mundial se llevó a cabo este fin de semana en «la boca», más presisamente en el estadio Alberto j. Armando. Donde River Plate puso fin a una serie de siete partidos sin ganar como visitante en la Copa de la Liga al derrotar a Boca Juniors 2-0 en un emocionante Superclásico disputado en la Bombonera.
El primero en hacerse presente en el marcador fue Salomón Rondón, quien anotó a los 41 minutos del primer tiempo, desatando la euforia de los hinchas millonarios, para después con Enzo Días en el quinto minuto adicionado, sentenciar un partido caliente.
La victoria de River les otorga 3 valiosos puntos, llevando su total a 13 en la tabla de posiciones de la Zona A, donde se encuentran como escoltas de Independiente con 14 puntos. En contraste, Boca Juniors se mantiene en el grupo B con 7 unidades, alejándose de la clasificación a los cuartos de final.
La próxima fecha promete ser emocionante, ya que River se enfrentará a Talleres de Córdoba el domingo 8 de octubre, mientras que Boca se verá las caras con Belgrano el martes 10. Antes de eso, el jueves 5, Boca jugará la revancha de las semifinales de la Copa Libertadores contra Palmeiras en Brasil.
El Superclásico no solo estuvo marcado por los goles y la acción en el campo, sino también por una jugada decisiva anulada por el VAR que habría cambiado el destino del partido. La explicación oficial de la AFA respaldó la decisión, argumentando un claro fuera de juego.
Mientras tanto, el vicepresidente de Boca, Juan Román Riquelme, luego del partido, mientras en el vestuario visitante todo era festejo y euforia, abandonó su palco para dirigirse a charla con los jugadores xeneizes. Este gesto refleja la importancia del próximo enfrentamiento en la Copa Libertadores ante Palmeiras y el deseo de motivar al equipo después del golpe que significa perder el super clásico y en su casa.
Segundo superclásico consecutivo que termina en derrota para los dirigidos de Almirón, quién en conferencia de prensa desconfío del árbitro tildandolo de hincha de River, del gol anulado a Cavani, y de una falta clara cerca del banco de suplente xeneize.