Este tumor maligno, que se origina en el tejido de la glándula mamaria, está formado por células que han acumulado alteraciones, mutaciones genéticas.
Nuestro organismo está constituido por un conjunto de órganos, que a su vez están formados por células, que se dividen de forma regular con el fin de reemplazar a las ya envejecidas o muertas. Cuando este mecanismo se altera, la célula no se repara y se acumula, estas mutaciones le permitirán, entre otras cosas, multiplicarse de manera descontrolada y evadir el sistema inmune.
La prevención del cáncer de mama comienza con el comprender, qué puedes hacer para reducir el riesgo de padecer este tipo de cáncer.
Limitar el consumo de alcohol, mantener un peso saludable, hacer actividad física de manera regular, y sobre todo prestar atención a posibles síntomas.
Los ginecólogos enseñan a sus pacientes, a que conozcan sus propios cuerpos, a observar si existe algún cambio en los pechos, como la aparición de un bulto o cambios en la piel, tras la aclaración de que sí así fuera, es necesaria la consulta inmediata con el médico. Ecografías, mamografías y otros exámenes de detección según antecedentes personales, también son importantes.