Murió Hugo Orlando Gatti: El fútbol argentino perdió a su arquero más excéntrico

Por GABY




Este domingo 20 de abril, a los 80 años, falleció Hugo Orlando Gatti, ícono del fútbol nacional y una de las figuras más singulares que hayan defendido un arco en la historia argentina. El exarquero, conocido popularmente como “El Loco”, murió en el Hospital Pirovano de Buenos Aires tras atravesar una larga internación que se agravó por una caída, una cirugía de cadera, neumonía e insuficiencia renal.
 El arquero que se animó a cambiar las reglas del juego
Gatti no fue un arquero más. Su estilo irreverente rompió los moldes de su época: se animaba a salir del área, jugar con los pies y encarar como un defensor más, en tiempos donde el puesto exigía rigidez y sobriedad. Su impronta dejó una marca que más adelante imitarían estrellas como René Higuita y Manuel Neuer.
Un recorrido lleno de historia
Debutó en Atlanta en 1962 y pasó por equipos como River, Gimnasia de La Plata y Unión. Pero fue en Boca Juniors donde dejó su mayor huella: jugó allí más de diez años, ganó dos Copas Libertadores, una Intercontinental y tres campeonatos locales. En total, disputó 765 partidos en la Primera División argentina, un récord absoluto. Además, comparte con Ubaldo Fillol el mérito de haber atajado 26 penales, otra marca que lo inmortaliza.
Tras su retiro en 1988, Gatti se mudó a España, donde sorprendió con una nueva faceta: la de panelista televisivo. Se sumó a programas como “El Chiringuito” y “Punto y Pelota”, donde mantuvo su estilo provocador y pasional, logrando un lugar fijo en los medios deportivos del país europeo.
La muerte de Gatti provocó una ola de mensajes conmovedores. El presidente Javier Milei, también exarquero, escribió en redes: “Adiós colega (si se me lo permite)”. Su hijo Lucas expresó: “La verdad que mi padre se fue el día que murió mi madre, hace ocho meses. A partir de ahí, ya no era Superman”.
 Más allá de los títulos y los números, Gatti será recordado por su valentía para desafiar tradiciones y reinventar un puesto. Su figura seguirá viva en la memoria del fútbol argentino, como símbolo de una época en la que ser distinto era, quizás, la forma más auténtica de ser grande.




Te podría interesar

Don`t copy text!