“Llegaron prometiendo Pobreza Cero, y se van con Emergencia Alimentaria”, parece ser la mejor síntesis del fracaso del gobierno de Mauricio Macri. La crisis económica autoinfligida, que destruyó la calidad de vida de millones de argentinos.
En ese escenario aparece Ramallo, para nada ajeno a una realidad que se presenta hostil y agresiva. El hambre golpea fuerte en nuestro terruño, donde la cara de la necesidad se hace pública y dolorosamente conocida.
La imagen que grafica la nota es la postal de esta Argentina macrista 2019. Esto pasa en las calles de Ramallo y Villa Ramallo, donde la vergüenza se deja de lado, cuando el hambre apremia. Hace unos meses, en silencio, una cantidad importante de vecinos de nuestras localidades hurgaban en la oscuridad de la noche los capachos de basura, buscando algo que fuera útil. Ya realidad duele, y ya el anonimato de la nocturnidad se convirtió en desesperación vespertina.
Hoy es un golpe de realidad encontrarse a familias enteras buscando algo para comer, donde la góndola es el desperdicio de otros. Duele, mucho, pero es la verdad.
Hace unos días el Municipio de Ramallo tomo la decisión de repartir bolsones de comida a través de las instituciones intermedias, como las Iglesias Evangélicas y Centro de Jubilados, ante las críticas de la oposición, señalando que era una medida proselitista.
La realidad los terminó golpeando en la cara. El presidente del Centro de Jubilados de Villa Ramallo, Hernán Amoedo, afirmó, con sorpresa, que “nunca pensé que Villa Ramallo tuviera tanta necesidad”.
“Los bolsones volaron, no siento alegría sino una gran pena por no haber tenido más para darle a la gente, porque quedaron 50 o 60 personas afuera y está viniendo gente ahora a buscar bolsones. Es impresionante la necesidad”, sostuvo Amoedo en declaraciones radiales.
La crisis golpea a niños y jubilados por igual, esos segmentos son los más necesitados. Esta semana, desde el Frente de Unidad Docente Bonaerense realizaron una junta de firmas en un petitorio para enviar a la Dirección General de Cultura y Educación. El motivo, la falta de cupos en los comedores escolares. Una muestra más de un estado ausente, en este caso el de María Eugenia Vidal.
La concejal Silvia Di Bacco explicó en una nota periodística que en Ramallo faltan cupos del Sistema Alimentario Escolar (SAE). “En los comedores escolares te marcan cupos, no te dan por la cantidad de niños que tengan hambre. En Primaria, la Provincia aprobó para Ramallo 969 cupos del SAE, pero los que asisten son 1050 chicos. Para el desayuno y merienda complementaria, el cupo es de 4439, cuando en realidad concurren 5000 chicos”, detallo Di Bacco.
Además agregó: “El 1 de septiembre se aumentó el valor per cápita del SAE, se pasó de $17 a $18.81 por chico. Pero si sumas los que concurren, cada pibe desayuna y merienda con menos dinero que antes del aumento: $16.67. Y con la comida, que antes era de $27 y ahora $29.92, pasa lo mismo porque si lo distribuís por los chicos que asisten te da $26.76”.
“Aumentaron los montos por el total de cupos, pero no aumentaron la cantidad de chicos en los cupos. Para cubrir la totalidad de los que asisten a comer, es mucho menos de lo que se recibir per cápita, hoy los chicos reciben menos dineros que antes. Actualmente el SAE solo cubre siete escuelas secundarias, pero faltan establecimientos que todavía siguen esperando sus cupos”, denunció Di Bacco.
El gobierno nacional de Mauricio Macri y provincial de María Eugenia Vidal dejan una realidad compleja. Los índices de desocupación y pobreza han crecido de manera estrepitosa durante su gestión. La pobreza es sinónimo de hambre, y Ramallo no es ajeno a esa realidad.
Editorial Redacción NBA.