El ministro de Salud bonaerense, Daniel Gollan, afirmó que ve ‘muy difícil’ un retorno de las clases presenciales antes de fin de año en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) debido al nivel de contagios por coronavirus y no descartó un endurecimiento de la cuarentena.
El funcionario se refirió a la posibilidad de la vuelta al ciclo lectivo presencial en los distritos que hoy están en Fase 3, y dijo que «en el AMBA está complicado».
En tanto, sobre el resto de la provincia de Buenos Aires, dijo que «para que eso suceda se están elaborando los protocolos» y reafirmó que, en los distritos en los que eso sea posible, el retorno a las aulas -aún sin fecha definida- será «con pocos chicos y no todos los días».
Sostuvo que, en cambio, en el Gran Buenos Aires «se va a tener que esperar mucho más» y agregó: «Tenemos miedo de que nos pase lo que le pasó a Israel, donde bajaron los casos, liberaron las aulas universitarias, secundarias y primarias, la situación eclosionó y el segundo pico fue superior que el primero».
«Entonces, la vuelta masiva de cientos de miles de estudiantes es un tema que hay que analizarlo con mucho cuidado», planteó Gollan, quien dijo ver «muy difícil» que este año se pueda retornar a las clases presenciales en el AMBA.
«El virus va a intentar reproducirse siempre; lo único que uno puede hacer si no se tiene una vacuna, es cortar la progresión en los contactos para mitigar el nivel de contagios y que no sucedan todos juntos», señaló Gollan en la entrevista.
«Por eso, se hace la cuarentena y, entonces, el virus avanza más lentamente. Deseábamos que el endurecimiento de la cuarentena hubiese impactado en detener más el crecimiento de la curva, pero no ha sido así», añadió.
Gollan aseguró que el principal objetivo en la provincia «es no saturar el sistema sanitario y frenar la cantidad de contagios», y puntualizó que las autoridades miran con atención dos variables: «El porcentaje de gente que termina ocupando una terapia de los que se enferman y el número absoluto de camas que se van ocupando por día».
«Si vemos que se empieza a acelerar en forma preocupante la ocupación de camas de terapia, va a ser indicador para que tomemos una medida, pero no podemos esperar a que eso llegue al 90%, porque después hay un efecto inercial que dura un mes. Hay que cortar cuando se vea que estamos en un tope que estamos definiendo y que seguramente no va a ser superior al 75 por ciento», consignó el ministro bonaerense.
En ese sentido, planteó que «es probable que la decisión de endurecer la cuarentena pueda tomarse hacia el 2 de agosto».
«Al día de hoy tenemos una semana para seguir de cerca esta evolución y cortar porque todavía estamos lejos del 75% de las camas ocupadas», subrayó Gollan.
«Antes del 30 tendremos que hacer los números para ver qué hacemos después del 2 pero, como vemos que viene la cosa, pensamos que es muy probable que tengamos que dar marcha atrás», analizó.