Sin ningún tipo de dudas, hoy por hoy, los debates en San Nicolás giran alrededor del aumento del transporte público y el proceso de asignación de subsidios para los inundados de La Emilia. Sin embargo, hay un tema que, más allá de la agenda que nos marcan las empresas periodísticas de la ciudad y los políticos que intentan hacer la vista gorda, debe ser analizado con urgencia: el sistema de salud. No es noticia que los tres centros más importantes que se encargan de dicha área están colapsados y los dispensarios barriales ya no son lo que eran; situación escandalosamente silenciada si tenemos en cuenta que nuestro intendente, Ismael Passaglia, es médico, ex director del hospital y fue Subsecretario del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires (1989/1991). Hay que agregar que uno de sus lacayos dentro del Honorable Concejo Deliberante, Roberto…
Resulta llamativo que, en “la ciudad de los hechos” del Dr Passaglia, se le dé mayor prioridad al asfalto, a un estadio o al pedido urgente de una empresa monopólica para el aumento del boleto de transporte, que al tratamiento serio sobre la situación tanto en la salud pública como privada. Es cierto que en esta gestión se emprendió la construcción de un hospital municipal en la zona norte, pero ¿qué pasa en el mientras tanto? ¿Soluciona el problema de fondo o es sólo un parche? ¿Cuál es la situación de los dispensarios barriales que deberían ser financiados por el municipio? Las respuestas a los interrogantes precedentes seguramente son conocidas para los nicoleños, ya que sufren en carne propia la situación sanitaria de la ciudad y la indiferencia de los gobernantes que, por pertenecer a una clase social más acomodada, pueden ir a Rosario o Buenos Aires a atenderse. Por lo tanto, ¿quiénes se convierten en víctima del sistema de salud nicoleño? Los mismos de siempre: la población de los sectores más vulnerables de nuestra ciudad que no cuentan con los recursos suficientes para ir a Rosario y atenderse como corresponde y como nuestros derechos básicos lo exigen. Parece que el sistema de salud también responde a clases sociales.
La clínica San Nicolás, comandada por el concejal passaglista Fernández Viña, desde hace un tiempo a esta parte tiene problemas económicos, no cumple con sus empleados y amenaza con cerrar sus puertas. Fue él mismo quien, a mediados del 2016, denunciaba la situación en declaraciones periodísticas “Hoy las camas que hay en la Clínica de la UOM, en el hospital y en la Clínica San Nicolás no son suficientes “. Entonces, ¿por qué los ediles, cuerpo del que él mismo forma parte, en lugar de tratar temas que benefician a privados no tratan el tema salud que nos afecta a la mayoría de los nicoleños?
A la casi quebrada Clínica San Nicolás hay que sumarle el estado calamitoso en el que se encuentra el Hospital Interzonal General de Agudos San Felipe. Basta con decir que en la sala de espera de terapia intensiva una gran gotera es parte del decorado. Pero, ¿qué pasa con el presupuesto de la provincia que debería financiar la salud de todos los bonaerenses? En 2016, el gobierno de María Eugenia Vidal destinó $22.544.682.600 para repartir entre todos los efectores de salud de la provincia, entre los que está el nosocomio local. El dato preocupante (si revisamos la historia reciente) es que el Dr. Raúl Ruggeri, director ejecutivo del hospital San Felipe de San Nicolás, reconoció, en declaraciones a los medios, el tercer día del quinto mes del 2016 y con otros siete por delante, que “el presupuesto nuestro ya está consumido en un 90 por ciento”. Si tenemos en cuenta que el presupuesto en salud para este 2017 solo será de $29.565.289.600, es probable que el estado del hospital San Felipe sea cada vez peor.
A esta falta de financiación por parte del estado bonaerense, debemos agregar la situación en la que se encuentran los profesionales de la salud que hacen lo que pueden con escasos recursos, sueldos miserables y una infraestructura que deja bastante que desear. Teniendo en cuenta este escenario, ¿el ejecutivo y el legislativo local no deberían gestionar recursos para el hospital en lugar de gestionar y debatir el manotazo a los bolsillos de los nicoleños por parte de Vercelli?
La situación sanitaria en nuestro partido evidencia a las claras una crisis que es ocultada por los medios de comunicación, por el ejecutivo local y por los concejales que prefieren debatir y tratar otros temas. Claro está que los mayores perjudicados ante esta situación son los jubilados, las clases populares y los profesionales de la salud que hacen lo que pueden con lo que tienen. La clase política de nuestra ciudad, por ahora, mira hacia otro lado y, en caso de sufrir algún problema de salud, sacan a relucir sus billeteras y se hacen atender en otras ciudades.
FUENTE: SN GRITA (https://sngrita.wordpress.com/2017/02/26/colapso-del-sistema-de-salud-e-indiferencia-las-victimas-el-pueblo-nicoleno/)
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