Soy policía hace tiempo. Mi primera sorpresa fue descubrir que somos una Institución desvalorada y abandonada por el Gobierno. Con sueldos más bajos que los de la canasta básica, con horarios laborales que son prácticamente esclavizantes, sin pago de horas extras, sin posibilidad de sindicatos que defiendan nuestros Derechos Humanos, y, dependiendo en que unidad trabajes, sin vida personal y familiar.
Descubrí que como policía soy una fuerza de choque para los intereses del gobierno de turno, si hay que reprimir maestros, obreros, alumnos, jóvenes, desempleados, sindicalistas o lo que sea… aunque su reclamo sea justo y pacifico con una orden del Ministro de o Gobernante de turno, sin cuestionar, lo hacemos, porque cuando cuestionamos nos encontramos en una posición de sedición que nos lleva a terminar lejos de nuestra familia y sin posibilidad de ascender por un buen tiempo en la carrera, perder el trabajo o en el peor de los casos terminar preso. Sí ¿Ustedes creían que en Argentina los presos políticos no existen? Yo conozco policías que reclamaron y fueron presos por sedición – según leyes de la dictadura militar vigentes hoy en día en la Institución-.
Descubrí que después de reprimir y lastimar a la gente, no van a juzgar al ministro, juez, o gobernante que dio la orden, quizás ni al jefe del operativo, seremos juzgados y condenados nosotros, los que estamos al frente, los que en acuerdo o no, voluntaria o involuntariamente, hayamos llevado a cabo la orden que se nos impartió. No importa si pegaste por pegar o pegaste por defender a un compañero. Siempre seremos juzgados, aún cuando quisiste hacer las cosas sin violencia o te dejaste llevar por ella.
Descubrí que nos regimos por leyes de »Facto», sí, aunque ustedes no lo crean, si bien la democracia regreso hace más de 25 años, solo regreso para algunos. Para nosotros, por ejemplo, no. No tenemos Derecho, es más con nosotros se implementan leyes anticonstitucionales, como por ejemplo, no podemos participar en política, ni formar sindicatos, ni siquiera reclamar un mal trato o un Derecho Laboral.
Y lo peor de todo, descubrí que si bien en la época de los militares yo ni siquiera fui engendrado, la sociedad, el gobierno, me tratan como si hubiese participado activamente en ella. Veo como muchos grupos sociales y políticos nos desprecian y hasta nos odian, solo por portar el uniforme, no importa si tenés una mentalidad diferente. Y me pregunto ¿Por qué? Si yo, ni mi familia, no tenemos nada que ver con los dictadores de antaño. De hecho, mi tía perdió a su papá en la época de la dictadura militar. Pero en este país, la gente no cree en la vocación, no se sienta a pensar si uno tiene una mentalidad diferente o no. Fanáticamente se limitan juzgarte por cosas que ni siquiera viste que hicieron otros.
Esta es una primera reflexión que me animo a pedir que me publiquen, porque he encontrado aquí un sitio abierto a otras perspectivas y me gustaría compartirlas con Ustedes. Mi nombre no es importante y pedí que no fuera publicado. Gracias por leerlo.
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