Aún no sabemos si Fiplasto contamina, de qué forma y en qué grado, más allá de lo visible. Tampoco nos consta que esté haciendo algo al respecto, y los funcionarios locales no están en condiciones de aseverar nada. Es decir, estamos en un vacío de información absoluta.
Le trasladamos este plateo a Monserrat el referente de UPVA, quien ahondó en su perspectiva y dió las explicaciones de las cuales puede dar fé: “Nosotros hemos tenido varios contactos con la empresa y si, se quedaron dormidos esto muchachos de Fiplasto. Ellos se tienen que poner las pilas de una vez por todas y decir señores estamos haciendo esto, tienen que dar a conocer el proceso y demás. El proceso nosotros hoy lo conocemos porque no hace mucho tiempo la empresa se abrió al dialogo y estuvimos reunidos con gente de la empresa. Realmente lo que están haciendo es grande, pero tienen que terminarlo. Si me preguntas a mi Fiplasto contamina, yo te diría depende. Depende a que le llames contaminación. Los expedientes que tengo desde el año 2008 de la OPDS en los cuales marca que el DOQO está muy elevado (lo que le quita el oxígeno al agua). Esto significa que puede comprometer al ecosistema y bueno entonces hay que cambiar el DOQO. Por lo menos en los exámenes que nosotros tenemos del OPDS del ADA y de Fiplasto no hay químicos.”
“Si ves donde está la Mancha Negra, te va a encontrar con que hay un humedal y quieras o no hay plantas que viven. Lo que sí es muy molesto es el color del agua y el olor. El color del agua es muy complicado de sacar y cuando estuve recorriendo las 8 hectáreas de piletas que tienen ahí el olor era muy fuerte, aunque esa planta todavía no está funcionando como corresponde porque no están las plantas que ecológicamente trabajan entonces se ve que todavía les falta trabajar. Fiplasto está trabajando, la planta de tratamiento es muy grande, tiene una casa cada de decantación y demás, lo que pasa es que hay cierto parámetros que ellos no logran corregir. Esos parámetros están relacionados con el cambio de presión, cambio de clima y demás, entonces hay cosas que tienen que corregir para ir adaptándose al cambio climático. Como no le echan químicos ni nada, porque es una planta de tratamiento biológica, es muy difícil de manejar. Esto es lo que la empresa nos mostró y nos explicó. Cuando cierran la puerta de la empresa nosotros estamos del lado de afuera y no sabemos que hacen, quiero creer que están trabajando de buena fe”.
Fiplasto tiene como materia pendiente no solo la solución ecología de sus desperdicios, sino una política de comunicación eficaz que genere tranquilidad sin manipulación.
Monserrat: “Nosotros tenemos que pensar que Fiplasto tiene que trabajar sustentablemente. Que el día de mañana nuestros hijos puedan trabajar dentro de esa empresa y en un ambiente sano. Que los empleados hoy en día sepan que la presión social que nosotros estamos haciendo es para que en el día de mañana nuestros hijos no tengan ningún problema y puedan seguir trabajado en Ramallo. Es fundamental cuidar nuestro terruño y nuestro medio ambiente. Fiplasto no es el único tema que estamos manejando, estamos manejando temas como el de Carbo-Quimicos, Fumigaciones, Bosques Nativos y otros. Lo único que queremos es un Ramallo saludable para las generaciones futuras”- concluyo Monserrat, dando por cerrado que las medidas extremas no tiene que ver con UPVA, la ONG local.
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