Una mujer de 21 años denunció haber sido secuestrada por sus suegros en la localidad de San Pedro y aseguró que la mantuvieron cautiva durante ocho meses en una casilla, junto con su hijo de 2 años. La joven logró escapar el jueves pasado y realizó la denuncia en la Comisaría de la Mujer del distrito. Allí relató que estaba embarazada y privada de su libertad, que le daban de comer por debajo de una puerta y que la tenían encerrada en una pieza.
Agitada y casi sin aliento, llegó hasta la comisaría y, todavía asustada, relató el horror que vivía desde hacía ocho meses. Contó que su pareja está presa por abuso sexual y que sus suegros la tenían cautiva para que no escapara. Vivía en una habitación junto a su hijo de 2 años y le daban de comer cuando le pasaban un plato por debajo de un hueco en la puerta.
La joven relató que podía salir sólo cuando sus propios suegros la obligaban a trasladarse hasta el Penal de San Nicolás, para visitar a su pareja y mantener relaciones sexuales con él durante las llamadas “visitas sanitarias”, y que en una de ellas quedó embarazada.
El lugar donde la tuvieron cautiva está ubicado en Pueblo Doyle, a 20 kilómetros de la ciudad de San Pedro. Es una casilla dentro de un criadero de chanchos, con paredes de chapa, techo de lona y piso de tierra. Había solamente una ventana de madera que no se podía abrir porque estaba trabada con clavos. Los hacían dormir en un colchón en el piso.
A raíz de su denuncia, el fiscal Marcelo Manso ordenó un allanamiento durante la madrugada del viernes en la casa. Allí, se rescataron a cinco personas, cuatro menores de 14, 11, 4 y 2 años – el hijo de la denunciante-, y una joven de 18. Todavía no hay detenidos, pero se esperan novedades en las próximas horas. Según contó el fiscal a C5N, los otros chicos no tenían relación con la víctima, y están ahora bajo la guarda de otros familiares.
El comisario Walter Iguiñez agregó en TN que el hombre que supuestamente tenía secuestrada a la mujer cumplió una condena de 6 años por haberle disparado a una persona: «La última parte tuvo prisión domiciliaria, pero ya cumplió su condena. Lo que se sabe es que en el pueblo no tenía buenas referencias de los vecinos y muchas veces hubo quejas en el municipio contra él».
Fuente: Diario Clarín.
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