Reacción peor que lenta.
El concejal Borselli, disparo la alarma en el concejo al manifestarse escandalizado por los canones ridículos que pagan los concesionarios, pero no agregó detalles. La secretaria de Turismo, luego de varias reuniones muy promocionadas, no llego a ningún resultado de ningún tipo. Tratamos de abordar en varias ocasiones a la funcionaria, y hasta el sábado anterior, cuando por última vez volvió a manifestar que no hablara del tema, sino que hay que hablar con su jefe. Es un gran interrogante su actuación en el área, ya que la falta de comunicación, y la poca capacidad demostrada a la hora de abordar los problemas en el momento en que deben enfrentarse, asombra. Pocas veces se ha visto un funcionario con tan poca capacidad de respuesta, no solo ante la necesidad de manifestar posturas, evaluaciones, tomar medidas, dar respuestas a los vecinos y a los empresarios, sino para tomar tan solo alguna iniciativa, por mínima que sea.
Desde la comisión de turismo del HCD siguen «deliberando» para encontrar la mejor salida. Increíble q a esta altura no hayan dado el listado de los concesionarios y las deudas que tienen, como tampoco hayan impulsado una solución que ni siquiera requiere grades debates. Recordemos que la mitad de los concejales, viene, como la situación de los paradores, del gobierno anterior, y nunca manifestaron preocupación por el tema.
Los paradores que han demostrado interés en los últimos años:
Los únicos tres paradores que están reconstruyendo sus zonas de explotación, son: Playa blanca, Cocodrilo y Barlovento. Estos tres, son los que en los últimos dos inviernos anteriores a la inundación, mantuvieron abierto sus dependencias (deportivas en el caso de barlovento y restaurante en el caso de Playa Blanca y Cocodrilo). Los demás nunca abrieron entre marzo y noviembre.
Abandono y falta de pago, es lo peor del estado de situación:
Los paradores destruidos por la inundación, han sido literalmente abandonados por los dueños quienes no han vuelto ni a invertir y ni siquiera a limpiar. El estado debando es total, y puede observar claramente en las fotos que ilustran lo que dejo la inundación, en contraste con las playas impecables.
Sumado a la destrucción de cuatro paradores por la inundación, se encontró que algunos de estos estaban alquilados en primera segunda o tercera instancia (esto significa que el dueño original del contrato de explotación alquila el parador a un tercero, y no paga al municipio), datos que no son nuevos y que ya habíamos denunciado e durante los últimos veranos, en la gestión Santalla, que hizo la vista gorda a estas desprolijidades como a la falta de exigencia de pago como de cumplimiento de contratos.
El dato que enfurece, es que solo hay un único parador que está al día con el canon. El monto del canon de un parador es de $192 por mes, según información que maneja el área de desarrollo social del municipio.
Barajar y dar de nuevo:
El gobierno municipal se vio obligado a actuar y decidió dar de baja todos los contratos en el caso de los paradores con los actuales dueños, y reiniciar el proceso de licitación en la zona. Esta decisión de licitar todos los paradores nuevamente excluye por el momento a Playa Blanca que recién finaliza su contrato en abril de 2017 y no se ha decidido que hacer. En el caso de Barlovento, estudian extender no solo la autorización para darle continuidad, sino que posiblemente se le otorgue un espacio más amplio para su explotación y cuidado. Está la intención que el área de Porto Fino (uno de los paradores destruidos, cuyos dueños no han enviado ni a un solo empleado a reacondicionar o desmantelar la construcción de madera en pésimo estado) quede como playa pública. También se decidió que la zona central del paseo (franja verde entre las cabañas y los paradores) quede en manos del gobierno para futuros emprendimientos y/o licitaciones, pero ya no formaran parte ni de las concesiones a las cabañas ni de las concesiones a los paradores.
Tras el desmanejo que viene de la gestión anterior, y aunque en forma tardía, con buen tino el gobierno local decidió que la zona de playa del paseo viva el rio sea licitada nuevamente, y reordenada en un marco de exigencias más claras y razonables, donde deberá tenerse en cuenta que las próximas construcciones e infraestructura de playa, no pueden realizarse en los mismos lugares, o no a la misma altura en la que estaban emplazados, ya que nadie tuvo en cuenta los niveles a los que llega el agua en las grandes inundaciones que regularmente se viene dando cada 15 o 20 años, en nuestras costas del rio Parana.
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