El Arq. Gonzalo Barile, manifestó que estos controles tanto municipales como provinciales, “se están haciendo desde antes y durante la perforación”. “A nosotros como responsables de la obra nos gusta que vengan, porque estamos haciendo un trabajo histórico para Ramallo y desde ese lugar estamos trabajando junto a las ONG, municipales y provinciales».
Según los ambientalistas y lo que pudimos comprobar, dicha declaración fue realizada para divulgar a través de los medios amigos, ya que no hubo presente ninguna autoridad provincial, tampoco hubo controles ni permanentes ni regulares, de ninguna autoridad, salvo la vez que se hizo presente el ADA. No se trabajó junto a la ONG, sino que se les dificultó el acceso, fueron denunciados legalmente, y se les exigió el retiro del predio. No se entiende que es «lo que le gusta al ingeniero» ya que los hechos lo contradicen.
Buscando información, no hemos encontrado a la fecha, autoridades técnicas en la materia, gubernamentales o privadas, que expliquen y den fe sobre cómo se llevó adelante, y como terminará, el proceso de perforación exploratoria. Y la empresa, tanto la que hace el pozo como los dueños del proyecto mantienen un hermético silencio sobre cómo se llevan adelante los trabajos en el lugar. Ningún concejal (ni oficialista ni opositor) de los que consultamos pudo asegurar como fue el proceso crítico de los primeros 200 metros de perforación. Las ONG tampoco fueron atendidas por ningún integrante del gobierno local, sino que la reunión con el ejecutivo recién se llevaría adelante recién mañana. El único dato positivo al que tuvimos acceso, fue la expresión del Ingeniero Natalini (Villa Ramallo) a cerca de la seriedad con la que trabaja la empresa perforadora. Pero nada más.
“Es tan difícil encontrar el dialogo como pedir controles”
La ONG, a la vez que acampaba controlando lo que sucedía con la perforación, mientras denunciaban lo que consideraban irregularidades, pusieron en duda que el proceso se hubiera realizado en las condiciones de seguridad imprescindibles para no dañar las napas de agua potable. Aseguraron que aun sin tener capacidad técnica para evaluar el trabajo, era muy visible que no había ningún proceso de cementación o encamisado que protegiera el pozo exploratorio a fin de evitar que se «mezclen» o contaminen las diferentes capas de los acuíferos que fueron atravesados por las maquinas.
A su vez, en una entrevista que tuvimos con el dueño del predio, quien también fue consultado por nuestra redacción de noticias, aseguro que vio el encamisado y que el proceso se realizó como manda la ley, y coincidió con el concejal Roma quien sostuvo que la etapa de «estudio del impacto ambiental» como la intervención del OPDS (autoridad provincial de medio ambiente), corresponde a una etapa posterior a la finalización de la exploración. Contra toda lógica, cualquiera podría creer que el estudio debiera realizarse antes de perforar, pero aquí sostienen que debe llevarse adelante después de la perforación, después de obtener las muestras, y de estudiar «qué es exactamente» lo que se podrá extraer de los 800 metros de profundidad (lo que sucederá inminentemente en la etapa final de la perforación)
Esperamos que mañana se disipen dudas, y se generen acuerdos claros que lleven tranquilidad a la población.
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