Mientras Juntos por el cambio se consolida como una fuerza diferente a la del Radicalismo, que le ofreció su seno para nacer a nivel local, aquí es una verdadera madeja de contradicciones y de grupos antagónicos, que no solo tiene fines diferentes (salvo manotear poder), sino que ni siquiera coinciden entre ellos, ni física, ni política, ni ideológica, ni estratégicamente en ningún aspecto.
Por un lado, el macrismo local está representado por muy poca gente. De las que conocemos: Perie y un par de concejales como Borselli y Agotegaray, acompañados por un pequeño puñado de vecinos sin exposición política, casi sin militancia, pero unidos por la conveniente oportunidad de ocupar puestos provinciales y nacionales como IPS, ANSES, PAMI, entre otras reparticiones provinciales y puestos en la Cámara de Diputados de la Provincia, y vivir cómodamente del estado mientras dure.
No se muestran con Macri ni asisten a marchas de apoyo, siendo fuertemente cuestionados por quienes hicieron de Macri una figura de culto y lo siguen en sus exposiciones públicas como en la defensas de sus políticas y alocuciones.
El PRO Ramallo
Están dispuestos a votar a Perié, el candidato a Intendente, solo para que no gane el “Polettismo”. El candidato de Pro, como sus pocos adherentes, también se ha sostenido en política con jugosos sueldos como funcionario Provincial, Directivo de la Escuela y como Concejal. Un buen negocio, salga como salga.
El minúsculo grupo que le arrebató la candidatura a Santalla, está nutrido por dos figuras “traidoras” según definiciones del ex Intendente Santalla: Gaeto y Costoya. Los dos se alejaron del Santallismo cuando no fueron sumados como potenciales concejales en las negociaciones por la actual lista de ediles, en un intento por seguir en la política “si Perico lo logra”.
Por otro lado, y producto de esas negociaciones, la obstinación de Perié de levantarse como el líder local del PRO, con nula experiencia política, ganó la pulseada, o por lo menos es lo que el candidato está convencido.
La vanidad y el deseo de poder cambian hasta las mejores personas, y este parece ser otro de los casos. El precio que Perié no advierte aún, es que desplazar a Santalla tuvo y tiene un costo tan alto, que lo convierte, gane o pierda, en el perdedor.
La otra oposición a Perié
Del otro lado, en el mismo frente Juntos por el Cambio, quedaron los candidatos del exintendente, los nuevos radicales moldeados según el perfil Santallista, alejados de lo que fueron los principios del radicalismo.
Hoy, un grupo de jóvenes con potencial, desconocidos y buenas personas, pero pervertidos por el pensamiento y la forma de hacer política introducida por Santalla. Estos candidatos radicales obedecen al tres veces intendente, y serán el verdadero poder en un eventual gobierno si Perie ganara las elecciones el próximo 27.
Si el resultado los beneficiara, el “intendente” Perié, entraría a gobernar sin gente propia, sin saber cómo se implementarán las intenciones que llama “propuestas de campaña”, con la oposición en frente, y con la oposición interna dentro de su bloque.
El Santallismo tendría mayoría, funcionarios y hábiles negociantes y manipuladores ávidos de acordar “posibilidad de gobierno” a cambio cargos.
Perie y Borselli, contarían con Marta Oliveros como su principal aliada, Gaeto y Costoya, y prácticamente nadie más. Esto lo podría en una gran desventaja, ya que este posible gobierno de perié, sería secuestrado en la práctica, por el Santallismo, como única garantía para que funcione.
El nuevo gobierno de Santalla
Perie deberá negociar cuanto cede en favor del poder real representado por Santalla, su experiencia y su gente, sus concejales y su estructura avida de regresar al negocio. Pero esta sería la única manera posible de hacer funcionar la maquinaria del estado local.
En este posible escenario, y como medio de comunicación, nos encontrará parados en la vereda de Perie, defendiendo al intendente electo, si decide dar pelea y hacer su propio gobierno, sin entregarse. O en la posición más crítica, si el manejo lo asume el zorro, desde la oscuridad.
“Perico” pisó el palito
El arco completo del radicalismo, califican a Perié como a un inocente, un buen tipo fácil de manipular, por decirlo de una manera no vulgar. O en palabras de los Santallistas más duros, “un inútil que les servirá para retener algún tipo de poder frente a la avanzada del peronismo unido”.
Perie también deberá enfrentar un gobierno local, sin poder apoyarse en la Provincia ni en la Nación, en el más probable de los casos. Así, el fracaso del gobierno de Perié estará garantizado aun cuando gane, para lo cual el Santallismo ha demostrado su “lealtad” con el proyecto “Perie Intendente”, dejando de caminar los barrios y restándole todo tipo de apoyo. “quería ganar, que se arregle solo” es la frase que define la falta de campaña local en favor del intendente.
“Que parezca, pero no nos conviene que gane”
No acompañar a Perie es estratégico, ya que en el otro escenario, el esperado por el Santallismo, es alcanzar las bancas del Concejo Deliberante con la renovación de ediles radicales, y que Perie no llegue al poder local. “Perder es necesario”, dicen. Ganar con la Nación y la Provincia en contra, en medio de la crisis, es sentenciar al radicalismo a otra frustración imposible de superar y de recuperarse en el futuro. Perder es conveniente, ya que limpia al “intruso” condenado al ostracismo, y lava el espacio de los traidores a Santalla, lo que le garantiza un armado nuevo que le permita recuperar, con su gente y sus mañas, el municipio en 4 u 8 años. En este escenario, el 28 de octubre sería el funeral político de Perie.
Esta estrategia no es desconocida al Santallismo. Se ha aliado a Dios y al Diablo en el mismo momento, y logró mantenerse en el poder repartiendo boletas a nivel local, junto con quien mejor midiera a nivel nacional, desde De Narvaez a Kristina. A nivel local ha traicionado a sus correligionarios, otorgando concejalías a gremios y a sectores del peronismo.
Perie; con dos frentes opositores, dentro y fuera, ya perdió. Gane o no las elecciones el próximo domingo, el ganador en ese espacio, es Santalla. O retorna al gobierno con el poder real manejando a Perie, o el jefe reacomoda su espacio para volver a construir su propia estructura.