Greenpeace Revela Niveles Alarmantes de Contaminación en San Nicolás Tras la Explosión en Atanor

Por majo







Tras la explosión en la planta de Atanor el 20 de marzo, Greenpeace llevó a cabo un muestreo exhaustivo en San Nicolás, revelando niveles preocupantes de atrazina, un compuesto tóxico, en las cercanías de la fábrica. A través de meticulosos hisopados, Greenpeace detectó atrazina no solo en muestras de suelo tomadas directamente fuera de la fábrica, sino también en residencias cercanas y aceras.

El análisis, realizado dentro de las 48 horas posteriores a la explosión el 22 de marzo, reveló atrazina presente en todos los lugares muestreados dentro de un radio que oscila entre 150 y 350 metros de la planta. La atrazina, prohibida por la Unión Europea desde 2004 y restringida en Estados Unidos, sigue siendo uno de los herbicidas más ampliamente utilizados en Argentina. Su persistencia en el medio ambiente puede extenderse hasta cien días, representando riesgos significativos para el ecosistema circundante.

Las muestras, recogidas tanto de paredes residenciales como de aceras, subrayan la naturaleza omnipresente de la contaminación, lo que suscita llamados urgentes a la investigación y acción. La participación de Greenpeace destaca su compromiso continuo con la defensa del medio ambiente y su postura proactiva en la protección de las comunidades contra los contaminantes peligrosos.

 

Los Activistas Exigen Responsabilidad Tras la Explosión en Atanor

Los activistas de Greenpeace, rápidos para responder a la explosión en Atanor, recopilaron datos críticos y testimonios del área afectada, reforzando las preocupaciones de larga data planteadas por los residentes locales sobre los efectos adversos de la producción de atrazina. Los hallazgos recientes corroboran quejas y fallos judiciales anteriores con respecto al impacto ambiental de Atanor, lo que genera llamados renovados a la rendición de cuentas.

Leonel Mingo, Coordinador de la Campaña Tóxica de Greenpeace, en un nota subida por ellos mismos, enfatizó la necesidad urgente de acción, citando el persistente desprecio de Atanor por las regulaciones ambientales a pesar de sanciones legales anteriores. El papel de Greenpeace como organización vigilante asegura que incidentes como la explosión en Atanor no pasen desapercibidos, abogando por respuestas rápidas y soluciones a largo plazo para mitigar el daño ambiental.

 

Acción Legal Provoca el Cierre de la Planta Atanor

En un desarrollo significativo, las autoridades judiciales ordenaron el cierre de la planta Atanor en San Nicolás en respuesta a la explosión y la contaminación subsiguiente. Esta decisión subraya la gravedad de la situación y la necesidad imperante de responsabilizar a las corporaciones por su impacto ambiental.

Los esfuerzos de Greenpeace para exponer y abordar las injusticias ambientales sirven como catalizador para la acción legal, asegurando que las comunidades afectadas por accidentes industriales reciban la justicia y protección que merecen.

 

Análisis Revela Niveles de Contaminación Perturbadores

El análisis detallado de las muestras recogidas cerca de la planta Atanor reveló concentraciones alarmantes de atrazina, especialmente en el suelo. Las técnicas meticulosas de muestreo de Greenpeace proporcionaron evidencia concreta de la extensión de la contaminación, destacando la necesidad urgente de estrategias integrales de evaluación ambiental y remediación.

A pesar de las variaciones en las concentraciones de muestras, la presencia constante de atrazina reafirma la necesidad urgente de evaluaciones ambientales completas y estrategias de remediación. El papel de Greenpeace como defensor científico subraya la importancia de monitoreo ambiental independiente para responsabilizar a los contaminadores y salvaguardar la salud pública y la integridad ambiental.

 

La Defensa Continua de Greenpeace

La historia de defensa ambiental de Greenpeace se remonta décadas atrás, con acciones legales anteriores dirigidas a la contaminación de fuentes de agua por parte de Atanor. Los esfuerzos sostenidos de la organización sirven como un faro de esperanza para las comunidades afectadas por la contaminación industrial, asegurando que los intereses corporativos no se antepongan a la salud pública y la integridad ambiental.

A medida que Greenpeace continúa presionando por transparencia y responsabilidad, su papel en destacar los impactos de la explosión en Atanor subraya la importancia crítica del monitoreo ambiental y la defensa independiente en la protección de comunidades y ecosistemas.

 

Fuente: Greenpeace





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