Hoy se conmemoran 132 años desde que La Emilia, un pequeño pueblo en el Partido de San Nicolás, comenzó a forjar su historia como un importante centro textil. El 2 de octubre de 1892, los hermanos Leodegario y Quintín Córdova, junto a Emilia Benito, esposa de Leodegario, dieron inicio a la actividad de una fábrica de mantas, boinas y sombreros. El emprendimiento, ubicado sobre las ruinas de un antiguo molino harinero de Bartolomé Sívori, a orillas del Arroyo del Medio, marcó el comienzo del desarrollo industrial en la región.
La familia Córdova, inmigrantes españoles que previamente administraban un almacén en Arrecifes, vio en la industria textil una nueva oportunidad para crecer y aportar al desarrollo económico local. La fábrica, aunque comenzó con maquinarias rudimentarias, fue incrementando su producción a lo largo de los años, convirtiéndose en un referente para la zona.
A medida que la demanda crecía, también aumentó el número de empleados, lo que llevó a los Córdova a construir viviendas para los trabajadores cerca de la fábrica. De esta manera, La Emilia comenzó a consolidarse no solo como un centro industrial, sino también como una comunidad unida en torno a su producción textil.
Hoy, La Emilia celebra su pasado y su presente, destacándose por su valioso aporte a la historia productiva de la región.