La farmacéutica anglo-sueca AstraZeneca ha anunciado la retirada global de su vacuna contra el COVID-19, conocida como Vaxzevria, luego de admitir por primera vez la posibilidad de efectos secundarios poco comunes, como la trombosis. Esta decisión incluye la retirada voluntaria de la «autorización de comercialización» en la Unión Europea.
La solicitud para retirar la vacuna fue presentada el 5 de marzo y se espera que se realicen solicitudes similares en el Reino Unido y otros países que habían aprobado su uso en los próximos meses.
La compañía destacó el papel crucial que desempeñó Vaxzevria en la lucha contra la pandemia, salvando más de 6.5 millones de vidas y administrando más de 3 mil millones de dosis en todo el mundo en su primer año de uso, según estimaciones independientes. Sin embargo, la retirada de la vacuna no se relaciona directamente con los litigios en curso por los efectos secundarios reportados.
AstraZeneca ha reconocido que su vacuna puede causar el síndrome de trombosis con trombocitopenia (TTS) en casos muy raros, según un documento presentado ante el Tribunal Superior. Este síndrome puede provocar coágulos de sangre y recuentos bajos de plaquetas en sangre. Aunque se desconoce el mecanismo causal exacto, la compañía afirma que la causalidad en cada caso individual será materia de investigación pericial. Los científicos ya habían relacionado este vínculo entre la vacuna y los efectos adversos en marzo de 2021.