Águeda es una de las personas más importantes de la historia de la Escuela Rafael Obligado de Ramallo. No trabajó de directora ni de docente, pero su rol fue tan relevante que casi es imposible referirse a los 150 años de la institución sin hablar de ella.
En una entrevista brindada a FM NBA Vida 88.9, comentó el impacto que tuvo en ella los festejos de aniversario: “Estoy muy emocionada por la fiesta que hemos logrado hacer. He estado muchísimos años ahí, aunque estudié en otra escuela, y la siento mía desde el 5 de febrero de 1975”, comentó. Aquella jornada, Kika Agotegaray estaba al frente de la institución y la recibió una montaña de tierra en el patio que respondía a que estaban sacando los pisos de los dos primeros salones que eran de madera para hacerlos de mosaico. Se venían las clases y para marzo, el desafío era que todo sea impecable.
Aquella mañana llegó por primera vez a la puerta de la calle Belgrano y desde ese día, no se fue más, hasta el 30 de septiembre de 2012 cuando el calendario marcó que la edad jubilatoria había llegado y consigo, la despedida: “Fue una despedida muy emotiva, pero también curiosa. Como fue un viernes 30 de septiembre, me abracé con las chicas, me emocioné y me fui a casa. Pero el lunes fui a agradecerles el regalo que me habían hecho y me sorprendieron: me pidieron que siga hasta el 30 de diciembre”, sonrió.
Muchos alumnos, la recuerdan como la primera sonrisa que los recibía y la última antes de ir a casa. Otros, por su compromiso en su tarea. Lo concreto es que la valoraron tanto que inmediatamente la invitaron a participar en la cooperadora y después seguir en una fotocopiadora. Todo para que siga en la escuela, su casa: “Así, hace 44 años que estoy dentro de la misma escuela. La adoro. Y no tengo palabras para todo el compañerismo que vivo”.
“Cuando el otro día vi un montón de promociones, encontré que los une el amor por su escuela y creo que el cumpleaños fue la fiesta del pueblo: habían tres intendentes sentados -en tiempos de grieta- y eso fue algo que a mí me quedó grabado”, reflexionó.
Águeda ha sido parte de cada aniversario, de cada fiesta de 25 años de las promociones y lo explicó así: “Nunca tuve problemas con ningún chico. Diría que todo lo contrario: siempre los traté con mucho cariño. En este ámbito, hay gente que está esperando para irse, pero yo no: no sé qué hubiese sido de mi vida si no existiera la escuela”.