“Un experimento único” logró contener la expansión del Covid-19

Por Abi Acosta




El experimento que logró identificar el comportamiento básico del Coronavirus se llevó a cabo en Vo’ Euganeo, un pueblito que se encuentra al norte de Italia, a unos 65 kilómetros de Venecia y tiene alrededor de 3.300(tres mil trescientos habitantes).

Mientras comenzaba el mes de febrero, Renato de 83 años y Adriano de 77, dos vecinos de dicho pueblo, se encontraban internados en un hospital por una pulmonía. Los médicos descartaban la posibilidad de que fuera Coronavirus ya que no presentaban síntomas que fueran compatibles con la pandemia y por ello, siguiendo las normas previstas, no quisieron hacerles las pruebas. Tras pasar dos semanas, sin obtener mejora en ellos, ya que los tratamientos para la pulmonía no estaban logrando ninguna mejora en ellos, un médico de ese mismo hospital se atrevió a saltarse el protocolo y les hizo el examen de covid-19 a ambos amigos.

El resultado, llamó la atención ya que ninguno de ellos había viajado a China y tampoco había estado en contacto con personas que mostraran síntomas. Por ello apareció la incógnita ¿Cómo se habían contagiado? El hecho de que ambos lo tuvieran se debía a que pasaban tiempo juntos, muchas horas jugando cartas en el bar del pueblo.

El 21 de febrero, Adriano falleció y se convirtió en la primera muerte por coronavirus registrada en Italia. Esa misma noche, el alcalde del pueblo declaró cuarentena y cerró escuelas, tiendas, bares, misas religiosas y paradas de colectivos. De esta manera obligó a los vecinos a quedarse en sus casas.

El pueblo quedó rodeado de policías y militares que chequeaban  el cumplimiento de la cuarentena obligatoria.  Solo se permitiría la entrada de los camiones que abastecen los supermercados, la panadería y las farmacias.

El famoso experimento surgió entonces

Los agentes de salud del pueblo, decidieron convertir a las escuelas en centros de análisis que realizarán detección de Covid-19. Los mismos eran voluntarios y todo vecino que quisiera hacérselos podía acercarse.

Pasada una semana, prácticamente todos los habitantes se habían practicado los exámenes. Los mismos habían surgido de la Escuela de Medicina de la Universidad de Padua.

Del total de personas analizadas, 89 habían contraído el virus, y un 50 o 60% de ellas presentaban pocos o ningún síntomas, esto era lo que más llamaba la atención a los investigadores. Las autoridades dispusieron que estas personas fueron puestas de inmediato en aislamiento domiciliario durante 14 días.

Se descubrió que la mayoría de los portadores del virus eran “asintomáticos”, es decir que no presentaban ningún tipo de indicio sobre el mismo, hasta luego de 14 días. Por lo cual era fundamental el aislamiento social ya que en el caso de continuar la vida normalmente seguían propagándolo.

El 8 de marzo, dos semanas después de la muerte del señor Adriano, se levantó el aislamiento de Vo’ Euganeo. La vida en el pueblo empezó a circular normalmente y, a partir del 14 de marzo, no se registró ningún nuevo caso de infección. Hasta el pasado viernes 20 de marzo, cuando se detectó un nuevo brote en el pueblo.

Los expertos se preguntan

¿Con qué parámetros se decide levantar la cuarentena?  se preguntó el epidemiólogo Crisanti. “Si levantas la cuarentena basándote solo en la disminución del número de enfermos, estás dejando fuera también a todos los asintomáticos, y eso quiere decir que la epidemia puede volver”.

Crisanti reconoce, sin embargo, que el experimento de Vo’ Euganeo -que costó unos US$160.000 y fue financiado por la administración regional – no es replicable en ciudades más grandes. Pero asegura que sí es posible controlar la difusión del virus a nivel de barrio, identificando rápidamente dónde se generan los brotes y aislando a los posibles contagiados.Lee la nota completa





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