El investigador correntino Pedro Sansberro se trazó como objetivos identificar cuáles son los problemas biológicos que limitan la producción primaria de yerba mate y cómo resolverlos. Lleva más de 30 años como integrante del Instituto de Botánica del Nordeste, dependiente del CONICET y de la Universidad Nacional del Nordeste, y en constante vínculo con el Instituto Nacional de Yerba Mate (INYM).
Entre los aspectos que limitan la producción, Sansberro enumeró: “La heterogeneidad y el envejecimiento de los cultivos, la falta de generación de nuevos cultivares, y la falta de información sobre la respuesta de las plantas a distintos tipos de estrés, como la sequía y las enfermedades”.
Frente a estos aspectos, uno de los logros fue “haber desarrollado un protocolo de clonación de plantas adultas de yerba mate a través de técnica que se conoce como macro propagación a nivel viveros”, dijo, al tiempo que recordó: “esa era una limitante en el cultivo dado que se seleccionaba una planta por producción por su resistencia a plagas o a enfermedades, pero no se disponía de una herramienta para poder clonar o producir copias de esa planta en forma masiva. Es una herramienta que está a disposición del viverista”.
A esa buena noticia se suma “todo el desarrollo que hemos hecho –continuó Sansbero- utilizando herramientas biotecnológicas para generar un protocolo de clonación de individuos adultos a través de la técnica que ofrece el cultivo in vitro de tejido vegetal, del uso de biorreactores cuyo prototipo hemos realizado”.
El ingeniero remarcó además que a través de las investigaciones científicas “hemos avanzado con respecto a las posibilidades que tiene la planta para poder, en parte, modificar su entorno celular y resistir o tolerar eventos, como puede ser una sequía prolongada que se da a causa del cambio climático”, y detalló en ese sentido: “hemos estudiado esto a nivel molecular, a nivel de transcripción de genes, a nivel de motabolitos de la planta, y por último integrar todo eso en la respuesta fisiológica de la planta . Eso está disponible”.
Las líneas de investigación que están desarrollando “tiene que ver con integrar las respuestas a sequía con las respuestas a enfermedades”, y ello porque “se ha identificado en la expresión de genes de yerba mate que por un evento de sequía también se induce la expresión de genes que tiene que ver con la resistencia a enfermedades con patógenos; eso nos está diciendo que hay un tercer actor que muchas veces no se tuvo en cuenta que tiene que ver con asociaciones con otros organismo endófita (residen en tejidos de las plantas)”.
En esa línea, el investigador recordó que “la yerba mate no está sola, acude a asociaciones con bacterias y con hongos y que tienen un beneficio mutuo tato para el hospedante (planta de yerba mate) como para el hospedero (el microroganismo). ¿Pero qué sucede? Cuando hay un evento que estresa a la planta, hay un desequilibrio en esa flora, entonces esa sociedad se altera y ahí aparecen los microorganismos que se llaman oportunistas y generan enfermedades. Eso es lo que hay que atender ahora y considero que es un cambio de paradigma que hay que dar en la manera de estudiar la yerba mate”, consideró.