Especialistas del INTA Cañada de Gómez en Santa Fe aseguran que la incorporación de Vicia sativa como cultivo de cobertura antecesor, sumado a un esquema de fertilización mineral, permite aumentar hasta 6.500 kilos por hectárea los rindes del maíz, es decir 75%.
Es habitual observar esquemas de fertilización deficientes: “La adecuada nutrición del cultivo es uno de los pilares básicos en la definición de los rendimientos y, en consecuencia, es uno de los aspectos determinantes de su rentabilidad”, explicó Julia Capurro, del INTA.
También la incorporación de cultivos de cobertura representa una estrategia para proteger los suelos, minimizar el efecto erosivo que tienen las lluvias sobre suelos desnudos y mejorar la eficiencia de utilización del agua de lluvia.
“El cultivo de Vicia sativa aporta carbono, genera cobertura superficial (lo que mitiga los procesos de erosión hídrica y eólica), inhibe el desarrollo de malezas y reduce el requerimiento de fertilizante nitrogenado”, describió Capurro.
“El maíz, que tuvo Vicia sativa como cultivo antecesor y un esquema de fertilización adaptado a los requerimientos de la zona, alcanzó los 15.101 kilos por hectárea”, esto, en comparación con “el manejo de maíz sin el cultivo de Vicia y sin una adecuada estrategia de fertilización, el maíz rindió 8.602 kilos por hectárea, unos 6500 kilos de diferencia”, dijo Capurro.
Aseguró que los cultivos de cobertura combinan bien en sistemas mixtos agrícola-ganaderos.
Fuente: AgroArgentina