En el trigo, la resistencia de los hongos crece y es clave lograr un control eficiente

Por Ramallo Informa




Dos expertos de la Fauba advirtieron que hay casos de resistencia en mancha amarilla con aplicaciones de estrobilurinas y triazoles. Recomiendan un manejo integral y alternativas de control químico que tenga en cuenta este desafío.

Las enfermedades foliares se han convertido en uno de los principales desafíos a encarar por los productores que optan por cultivos de invierno. Adicionalmente, el uso repetido de un fungicida con mismos mecanismos de acción ha comenzado a generar resistencias en los hongos, lo que agrava significativamente el problema y enciende luces de alerta. Para abordar el tema y presentar la última solución para los problemas fúngicos en trigo, la empresa UPL reunió en Mar del Plata a los fitopatólogos Marcelo Carmona e Ignacio Erreguerena, junto a asesores de la principal región triguera del país.

Recientemente, un estudio desarrollado por Marcelo Carmona y Francisco Sautua, desde la Cátedra de Fitopatología de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (Fauba), confirmó por primera vez casos de resistencia en mancha amarilla. “Encaramos este desafío porque se evidenciaban grandes niveles de enfermedad en lotes que habían tenido por lo menos dos aplicaciones de estrobilurinas y triazoles”, destacó Carmona, quien se mostró muy preocupado por el acelerado avance y los importantes daños que ha generado esta enfermedad durante las últimas campañas.

Para la investigación se tomaron muestras de distintas localidades de la provincia de Buenos Aires (Chacabuco, Chivilcoy, San Pedro, Pergamino, Azul, General La Madrid, General Alvarado y General Madariaga). Y finalmente el estudio molecular demostró que todas las muestras aisladas fueron portadoras de una nueva mutación que otorga una fuerte resistencia a todas las estrobilurinas, mientras que algunos triazoles tampoco funcionan para mancha amarilla.

Pero la mancha amarilla no es la única amenaza que deben enfrentar los productores en el campo de las enfermedades foliares. “En general tenemos muchos problemas de roya en el cultivo de trigo”, apuntó el profesor de la Fauba. Aunque la roya amarilla, por ejemplo, sigue siendo sensible a la mayor parte de las moléculas, la aparición de nuevas razas genera muchos inconvenientes por su creciente agresividad. Habitualmente es la primera enfermedad que asoma en los lotes, lo que obliga a monitorear el cultivo desde muy temprano. Sin embargo, este año la particularidad es el surgimiento prematuro de la roya naranja, que hacía varias temporadas que no tenía tanta presencia.

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