“En promedio, el público pagó 5,15 veces más de lo que cobró el productor por sus alimentos en sus campos, cuando en junio la diferencia fue de 5,1 veces. Es decir, el aumento fue suave pero sostenido en valores de por sí elevados”, expresa CAME en su informe que surge del Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD).
“La brecha de precios entre lo que pagó el consumidor y lo que recibió el productor por los alimentos agropecuarios subió 2,9% en julio frente a junio, impulsada por el incremento en las brechas de la pera, la berenjena, y la carne de pollo, todos con fuertes bajas en los precios al productor. También fue importante el aumento en la disparidad del pimiento rojo, que se explica por la fuerte suba en su monto de góndola”, detallan.
En cuanto a la carne de pollo: la brecha aumentó 38,1%. La variación en ese alimento se da por dos cuestiones: Aumentó un 20% el precio en góndola por la inflación; y cayó un 13% los desembolsos al productor por una estabilización del valor, ya que en mayo había llegado a los $43, monto demasiado alto para el mercado. Según indican los productores, es de esperar que en los próximos meses se estabilice en torno a los $30 – $32.
La participación del productor en el precio final de los productos disminuyó un 23,7%.
“Los alimentos con menor participación del productor en el precio son los de mayores brechas”, expresa CAME y detalla cuales son los productos: “el limón, donde el cosechador apenas recibió el 9,4% del monto final, la pera con 9,1%, la naranja con el 10,9%, la manzana roja con el 12,5% y este mes se sumó la lechuga con el 14,5% del importe final”.
Por el contrario, “en productos como la frutilla, el agricultor se llevó el 51,4% del costo que pagó el consumidor en julio, en el tomate el 42,7% y en el huevo el 40,8%, todos alimentos con un proceso de intermediación más equilibrado”, expresa la entidad.
Fuente: AgroArgentina