Este martes 23 de abril, miles de personas en todo el mundo se suman a la conmemoración del Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor, una fecha que promueve el amor por la lectura y destaca el valor de la palabra escrita como puente entre culturas.
La iniciativa fue proclamada por la UNESCO en 1995, con el objetivo de rendir homenaje a los autores y alentar a las nuevas generaciones a descubrir el placer de leer. La elección del día no es azarosa: el 23 de abril marca el aniversario del fallecimiento de tres íconos de la literatura universal —Miguel de Cervantes, William Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega—, figuras cuyas obras han trascendido siglos.
Desde grandes capitales hasta pequeñas comunidades, el espíritu de esta celebración se hace sentir a través de ferias, talleres, lecturas públicas y eventos culturales. En ciudades como Madrid, por ejemplo, “La Noche de los Libros” transforma librerías y bibliotecas en espacios de encuentro hasta la medianoche, con descuentos y propuestas artísticas para todos los públicos.
Como parte de esta iniciativa, la UNESCO también elige cada año una “Capital Mundial del Libro”, un reconocimiento para ciudades comprometidas con la promoción de la lectura. Buenos Aires, Bogotá y Madrid ya han sido distinguidas con ese honor.
En Argentina, la lectura tiene además su día especial el 15 de junio, una tradición que nació en 1908 con un concurso literario impulsado por el Consejo Nacional de Mujeres, y que hoy sigue vigente como un tributo al valor cultural de los libros.
Este 23 de abril es una invitación a redescubrir el encanto de las páginas impresas, a proteger el derecho de los autores y a seguir construyendo sociedades más libres, informadas y conectadas a través de la lectura.