La comisión Comisión Directiva CAMyA, la entidad que agrupa a los matarifes de todo el país, alertó por el efecto que, casi con seguridad, tendrá el paro de comercialización de carnes y granos impuesto por la Mesa de Enlace, en respuesta al esquema de retenciones que impuso el gobierno nacional.
CAMyA consideró una medida “no positiva” al paro y cuestionó que incluya al sector vacuno ya que, “a pesar que se daba como un hecho un incremento de los derechos de exportación, no hubo modificaciones, lo mismo que en las de pollo, quedando mejor posicionadas las carnes ovinas y porcinas”.
Lo cierto es que en tres jornadas de paro, la manera en la que afectó a la industria cárnica el paro fue disímil. En la primera jornada, el lunes, ingresó a Liniers diez veces la cantidad de ganado que suele ingresar. Para hoy, la cifra se redujo notablemente y quedó por debajo de los números habituales.
La entidad dijo que se trata de una “medida apresurada, que perjudica no solo a los productores que no pueden comercializar su hacienda, sino también a Matarifes, Frigoríficos y sobre todo a las familias argentinas”.
Para los últimos, la consecuencia inmediata del paro será el aumento de 10 por ciento de los precios, a razón de 30 pesos por kilo. Así lo explicaron: “El viernes previo al paro, los precios subieron más del 10% y en estos días de cese de comercialización, la mayoría de los productores no realiza envíos a mercados o ferias, ni tampoco ventas directas por el riesgo que ello implica, con lo cual no se vislumbran señales positivas”.
El contexto no ayuda, ya que, según CAMyA, hay un consumo “deprimido y con fuertes caídas del salario real” lo que hace “imposible sostener esta situación”. Por eso exhortaron a las partes a que “reine el sentido común y se apele al dialogo y al consenso para buscar una salida a este conflicto”.
