Bañarse en el río ES MUY PELIGROSO y está prohibido.

Por Editor Hugo







Aunque la secretaría de comunicación no ha lanzado un mensaje serio acerca de los riesgos de bañarse en el Paraná, las banderas rojas y los carteles deberían ser suficientes para no ingresar al agua. Parte de la comunidad ignora las señales y pueden verse adultos y niños en las aguas los días de calor, aun antes de que sea inaugurada la temporada de verano.

LA BAJANTE DEL PARANA CONTINUA:

Las autoridades municipales no han difundido información al respecto, no han vallado con cintas, ni ha  boyado la costa para evitar que la gente que ignora las señales, ingrese al río en busca de agua fresca. Aunque nada impedirá que los más irresponsables salteen cualquier indicación de prohibición, salvo la concientización general de todos quienes anden en las cercanías de la costa, no solo para no ingresar rio, sino para persuadir a quienes lo hagan.

El gran problema que trae el poco caudal del Paraná, es que, desde la línea de playa hasta la primera barranca bajo el río, según el sector de playa, hay entre 2 o 3 metros y sólo 50 centímetros, antes de ser tragados por el canal

 

Si siempre decimos que al río hay que respetarlo, más aún entonces si se desconoce la profundidad con la que uno puede llegar encontrase. Sin tener conciencia del peligro que corrían sus vidas, la semana pasada decenas de niños y adolescentes se arrojaban a las peligrosas aguas del río.  No había autoridad alguna que pudiera frenar a los chicos que lo único que querían era refrescarse y jugar. Los guardavidas aún no están cuidando el lugar, dado que, si los hubiera, entendemos que recién estarían en sus puestos a partir del 3 de diciembre, o por lo menos, siempre ha sido así. Y no hay información al respecto de parte de Comunicaciones del Municipio.

«Al agua poto!»… ya no es seguro

La práctica de bañarse aun con bandera roja se da, seguramente, ante el desconociendo de que luego de dos barrancas bajo el agua, a muy poca distancia de la arena, unos pocos metros o menos, se encontrarán (probablemente impotentes) arrastrados por la profundidad  y el caudal del canal (la parte más profunda del Paraná, la zona de navegación profunda). Esto es, para quienes no son conocedores del río y no saben nadar perfectamente, un gran peligro que puede costarles la vida. 





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