Por Ricardo, Cacalo, Gorostiza
Eva Perón se caracterizó fundamentalmente por dos condiciones: era una mujer extremadamente humilde, llegó a Buenos Aires con un bagaje de sueños y con una carrera que terminó siendo efímera y, al conocer a Perón allá por el 1944 se deslumbran ambos, a pesar de la diferencia de edad. Eva Perón se instala en la vida política, en la vida personal, en la vida social de la Argentina a través del puente que fue el teniente general Juan Domingo Perón y pasó a ser una de las figuras más relevantes de nuestra Argentina y fundamentalmente en aquellos sectores que menos posibilidades habían tenido a lo largo de nuestro camino en la historia y ella no solamente creó el movimiento femenino sino que a través de su fundación llevó adelante una magistral obra social que hasta el día de hoy se recuerda como el icono más importante de nuestra historia.
Eva no solamente tiene esa destacada intervención social y política en la Argentina, sino que además llevó adelante lo que hoy nosotros llamamos igualdad de género. Para entonces, Eva Perón fue la primera mujer que por el año 1951 pudo lograr que todas las mujeres argentinas pudieran acceder al sufragio, fue una conquista social esperada y revolucionaria para la época.
Hoy a 100 años de su nacimiento, diferentes sectores, yo diría todo el peronismo, están asistiendo a actos conmemorativos celebrando su natalicio y recordándola como la recordamos permanente, porque además de su efímera vida, su lucha fue incansable y su entrega por los desposeídos de la Patria, sus descamisados -como ella los llamaba- ha sido tan, tan grande que la entrega infinita de Eva la llevó a decir en muchos de sus discursos que si tuvieran que hacer algo más por los humildes daría su vida.
Eva es un sentimiento imposible de olvidar, que amalgama la unidad de todas las mentes dirigenciales y de todos los corazones fundamentalmente de los trabajadores. Si hoy estuviera viva, estaría luchando y peleando para que las injusticias no se cometan.
El escenario actual es totalmente diferente al de aquellos tiempos, lo que se iguala son los enemigos, son los mismos de ahora: LOS PODERES HEGEMÓNICOS.
La ningunearon por su etiqueta, porque era coqueta, jovial, alegre y hermosa como mujer y obviamente jamás la oligarquía se perdonó que esa mujer venida de un pueblo pequeño de la provincia de Buenos Aires, como Los Toldos, llegara a ser la Primera Dama del país y siguiera siendo una de las mujeres MÁS HUMILDES.
Eva logró dejar, hasta hoy, como tinta indeleble, como mancha de acero, para la historia y para el mundo, algo inolvidable: si en piases del mundo hay calles que llevan su nombre, quiere decir que la trascendencia de Eva Perón fue fundamental.