#Opinión Lo que la Selección de Basquet nos dejó (*)

Por Ramallo Informa







Hace años que sabemos de la relevancia de los equipos para el logro de objetivos y resultados. Diseñar, organizar, gestionar e inspirar equipos humanos es tema clave en el repertorio del Management. Lo será aún más en el futuro. Las tendencias convergen: será la capacidad de funcionar de forma armónica en equipos de trabajo lo que definirá gran parte de las posibilidades de resolver problemas y conseguir resultados en entornos más impredecibles.

Integrar y funcionar en equipos será un desafío supremo, para el cual deberemos esculpir nuestros talentos y enriquecer nuestras habilidades constantemente. En este contexto, la Selección Argentina de Básquet que acaba de consagrarse Subcampeón en el Mundial de Pekín, nos deja muchos aprendizajes de cara a los equipos del futuro:

1- Liderazgo expandido y distribuido: a partir de sus roles y especialidades, todos los integrantes del equipo asumirán instancias de liderazgo. Se romperán moldes, porque todos inspiran, convocan, anticipan y protagonizan. Scola y Campazzo sobresalen, pero no concentran todo el liderazgo en este notable equipo.

2- Diversidad de orígenes, edades y personalidades: ya no será una rareza integrar equipos de máxima diversidad. Será una constante y casi un requisito para generar innovación y resultados. Argentina en Básquet refleja esta diversidad.

3- Propósitos y valores: cada vez más, buscaremos sentido a lo que hacemos. Enriqueciendo el legado de la Generación Dorada, el equipo nacional de básquet es campeón en esto: poner el básquet argentino bien arriba compitiendo con lealtad y disciplina es un propósito compartido.

4- Egos gestionados y capacidad de recambio: todos buscaremos expandir nuestras habilidades y ser buenos en lo que hagamos. El ego es un riesgo al que estamos expuestos. Ver, una vez más, estrellas del Básquet mundial con Scola a la cabeza, con sus egos calibrados, es admirable.

5- Ciencia de datos y decisiones basadas en evidencia: la intuición será siempre una herramienta humana, pero bajará su peso a fuerza de la data abundante. Esto vive especialmente en nuestro equipo nacional, donde las mediciones generan decisiones tácticas transparentes bajo la guía de un entrenador sensible a ellas.

6- El fallo y el error no se penalizan ni afectan la moral: es relativamente fácil profesar que el error no debe castigarse, pero es mucho más difícil hacerlo en el fragor de la acción. Argentina tuvo un torneo brillante, pero en la final contra la magistral España demostró su tolerancia al error.

7- Métodos ágiles y conversaciones de calidad: no habrá tiempos laxos para diseñar estrategias y ejecutarlas. Ágiles y empáticos será la consigna. El básquet transcurre en extrema intensidad, pero las conversaciones acompañan todo el tiempo, en los minutos de corte, en las previas y post partidos.

8- Humildad y compromiso con aquello que menos brilla: habrá nuevas tareas y roles en los equipos humanos. Menos etiquetas de roles luminosos. La destreza y el compromiso aplicada a marcar a los rivales, menos estelar que encestar triples, ha sido un gran ejemplo en nuestra Selección.

9- Flexibilidad y entrenamientos personalizados: los equipos tendrán sistemas flexibles para funcionar, integrantes con distintas aportaciones, autonomía para ejecutar según la hoja de ruta compartida y el desarrollo continuo de habilidades se adaptará al perfil de cada uno. Argentina en básquet respira ese ambiente que brinda confianza y no peca de reglamentar en exceso. Y el entrenamiento personalizado que cada jugador ha tenido para llegar óptimo a la competencia será una constante en los equipos del futuro.

10- Disfrute y enriquecimiento personal: los equipos serán sustentables y exitosos en la medida en que faciliten las emocionalidades positivas de las personas. Los rostros, los festejos, los rituales del equipo nacional de Básquet hablan por sí solos acerca de cuanto placer hay en el mismo.

Aplausos para nuestra selección de Básquet. Orgullo deportivo, pero también faro que alumbra el diseño de los equipos que protagonizarán nuestras vidas en el futuro.

Por Mgter. Andrés Pallaro – Director del Observatorio del Futuro de Universidad Siglo 21





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