Una cirugía fetal inédita en el Hospital Garrahan marca un hito en la medicina pública

Por GABY




Lo que comenzó como una difícil noticia durante un control prenatal, se transformó en una historia de esperanza, coraje y ciencia médica de vanguardia. Luana Campos y José María Azorín, una joven pareja de Ramallo, protagonizaron uno de los momentos más trascendentes en la historia reciente del Hospital Garrahan: La primera cirugía intrauterina para corregir espina bífida realizada íntegramente en el sistema público de salud argentino.
La intervención se llevó a cabo en abril, cuando el embarazo de Luana cursaba la semana 27. Su beba fue diagnosticada con mielomeningocele, una forma grave de espina bífida que compromete el desarrollo de la columna vertebral. El equipo multidisciplinario del Garrahan, conformado por especialistas en medicina fetal, neurocirujanos, neonatólogos, anestesistas y obstetras, trabajó con precisión y compromiso para cerrar la malformación antes del nacimiento. El procedimiento fue un éxito, y el pasado domingo la pequeña nació mediante cesárea, en buenas condiciones de salud y con movimientos activos en sus piernas, lo cual es alentador.
Esta cirugía no solo fue una proeza médica por su complejidad, sino también un ejemplo de equidad sanitaria. Hasta ahora, este tipo de intervenciones se realizaban en centros privados, con costos que superan ampliamente los 15 mil dólares y barreras de acceso para familias sin cobertura médica. En este caso, el Garrahan (hospital pediátrico de referencia nacional e internacional) logró realizarla con recursos públicos, con apoyo de su Fundación y colaboración de otros centros como el Hospital Argerich, pero sin financiación privada.
La doctora Patricia Bellani, jefa de Neonatología, y la especialista en medicina fetal Analizia Astudillo, fueron piezas clave en esta intervención pionera. Ambas destacaron la valentía de Luana, quien aceptó someterse a una cirugía invasiva que también implicaba riesgos para su salud, y resaltaron el trabajo conjunto de más de una docena de profesionales.
El Garrahan no solo se ocupó de la cirugía, sino que también acompañó a la familia desde el diagnóstico hasta el parto, promoviendo un abordaje humano e integral. “En este hospital, la paciente no está sola: Conoce a cada médico, cada espacio, cada rincón. Generamos un vínculo desde antes del nacimiento que dura toda la vida”, afirmó Bellani.
El caso de Luana y José María no es solo un logro médico: Es un faro de lo que puede lograrse cuando la salud pública se fortalece, se capacita y se compromete con la vida. Su historia deja huella, no solo en los pasillos del Garrahan, sino también en el corazón de toda una comunidad que hoy se emociona con orgullo: Ramallo estuvo presente en un hito que transformará la medicina pediátrica en Argentina y América Latina.




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