Si bien este avance en la tecnología traería más “beneficios” para los usuarios, este no sería el caso de nuestra planta. La red presentará interferencias con los satélites que generan las predicciones meteorológicas y aumentará las emisiones contaminantes.
La tecnología 5G promete grandes avances en la conectividad: capacidades de transferencias de datos más de 10 veces superiores a las actuales y respuesta en milisegundos entre la orden y la ejecución de la misma. A su vez, permitirá grandes beneficios en la robotización, las ciudades inteligentes, la conducción autónoma y las operaciones remotas. Pero la nueva red también traerá consigo efectos colaterales: interferencia en los satélites, mayor consumo eléctrico y aumento en las emisiones contaminantes.
Una reciente investigación advirtió sobre la incidencia de esta tecnología en los satélites que apuntan a la Tierra para monitorizar la concentración de vapor de agua en la atmósfera, información clave para elaborar las predicciones meteorológicas. La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos y la NASA le reclamaron a la Comisión Federal de Comunicaciones que colabore para evitar el problema. Por ello, los reguladores mundiales se reunirán en octubre en Sharm el-Sheikh, Egipto, con el fin de acordar las frecuencias en las que deben operar las compañías y los niveles aceptables de interferencias.