Continúa la lucha de los trabajadores de la Clínica privada Juan Pablo II. El reclamo: “Queremos un sueldo Completo”. Los dueños de la clínica deben mas de un año y medio de sueldos a sus empleados y se dan el gusto de jugar con las necesidades de los demás, pagando algo del mes y para algunos. .
Una situación en donde, si bien los trabajadores piden cobrar aunque sea un sueldo completo también desean tratos dignos, sin que los denigren o ninguneen por su legitimo reclamo.
Ya han pasado seis años de que la clínica Juan Pablo esta en manos de los Fernández Viña y la situación fue de mal en peor. Muchos de los empleados con menor antigüedad tomaron el trabajo aun sabiendo que los sueldos no se pagan en términos, sino en cuotas, pero hace mas de un año y medio que no saben lo que es tener en sus bolsillos su sueldo, el pago por el trabajo que realizaron durante un mes, o lo que es aún peor, en muchos casos no saben lo que es poder contar con su propio sustento.
“Venimos a trabajar con la esperanza de que de a fin de mes nos paguen, aunque sea, algo del mes que trabajamos. Ni si quera cruza por nuestra cabeza desear que nos paguen lo que nos deben, aunque sea pensamos en cobrar medio sueldo”, testimonio de empleados que a la espera de respuestas, cansados de promesas y mentiras decidieron reclamar lo que legítimamente les corresponde. Esto cada vez empeora y desde arriba intentan hacer que los empleados se peleen entre ellos ya que cuando se dignan a pagar “algo del sueldo”, mandan dinero para cierta cantidad de personas quedando muchos trabajadores sin recibir ni si quiera una migaja de lo que les pagan al resto.
“Con sol, lluvia, frío o calor yo vengo a trabajar igual todos los días. Vivo lejos pero me las arreglo para llegar a horario y cumplir con el trabajo y llegar a fin de mes y ver que mis compañeros cobran y yo no es horrible. Una situación de porquería, ni si quiera puedo darme el gusto de decir –me compro un calzón- porque si gasto en eso nadie me asegura que tenga para comer el próximo mes o para pagar la luz”, esta es la situación de los 17 empleados, de los 30 que había, que aun permanecen hace mas de un año y medio trabajando, prácticamente ad honorem, para la Clínica privada.
En el caso de los con mayor antigüedad los Fernández Viña les están debiendo cerca de 300 mil peso a cada uno, según manifestaron ellos mismos. Algunos empleados no tienen obra social ni ART. En ocasiones han llegado a la clínica y recibieron la boleta de corte de luz por falta de pago. No cuentan con las condiciones básicas para poder desempeñar sus tareas dentro de las de la clínica.
“Vivimos a costilla de los demás. Esto solo nos genera daños psicológicos, no solo por el hecho de vivir pidiendo prestado sino porque los agravios, maltratos y descalificaciones son lo único que recibimos de su parte, inclusive en las misma reuniones que hemos tenido en el ministerio. Queremos que dejen de prometer y cumplan. Si no fuera por nuestras madres, esposos o familiares nosotros no tendríamos ni para comer siendo que venimos todos los días a cumplir con nuestro horario de trabajo. Esto es indignante y hasta inhumano, no podemos decidir ni hacer planes de ningún tipo porque estamos con la incertidumbre de no saber si aunque sea nos van pagar algo”.
“Duele ver la indiferencia con la que nos tratan los funcionarios y concejales, ni si quiera nuestros propios vecinos se solidarizan con nuestra realidad. Mas allá de que les corresponda o no, podrían pensar en nosotros.
A principios de este mes se puso al frente Gonzalo Fernández Viña con la intención de mejorar la situación, pero al día de hoy no ha cambiado absolutamente nada.
Los empleados manifiestan que la única solución seria que los dueños actuales se vayan y no consideran la opción de cerrarla.
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