La Coordinadora del Observatorio de Violencia de Género de la Defensoría del Pueblo bonaerense y docente de la Universidad del Centro analiza el fenómeno del Paro de Mujeres.
“El paro de mujeres, trans y travestis es un paro contra la profundización del capitalismo neoliberal y las consecuencias que produce en nuestras vidas, no solo en lo económico y cotidiano, sino en lo que este proceso ha impregnado a las formas de violencia contra las mujeres”, afirma la coordinadora del Observatorio de Violencia de Genero de la Defensoría del Pueblo de la provincia de Buenos Aires, Laurana Malacalza.
La docente de la Universidad del Centro se refirió al motivo y el sentido del paro de mujeres que se desarrolla este viernes en todo el país.
“Este modelo neoliberal que nos trata como cuerpos desechables, como objetos descartables, está íntimamente relacionad con la crueldad de los femicidios y los actos de violencia contra las mujeres y las identidades trans y travestis”, remarca.
“Entonces el paro es no solo contra el patriarcado, sino también contra un sistema capitalista que profundiza las violencias las desigualdades de poder entre los géneros – sostiene- y para mí también es un paro de consumo, de consumir objetos que están entrelazados con este sistema capitalista neoliberal”.
Malacalza acuerda en observar al paro de mujeres como una instancia política muy potente que irrumpe en la escena patriarcal argentina. “El feminismo es el acto político del momento, es el movimiento que ha podido articular no solo las experiencias que nos pasan a las mujeres y las identidades trans y travestis en torno a las violencias y desigualdades económicas y de poder, sino que también es un movimiento que interpela la forma de relacionarnos, de vivir, la forma en que habitamos el mundo”, sostiene.
“Es un movimiento que va a las bases del pensar en qué mundo queremos vivir –detalla- y eso es un proceso que permite ir deconstruyendo subjetividades y formas de relacionarnos y también habilita maneras de pensar la sociedad, de pensar la política”.
“Pienso en esos feminismos que tienden a ir a la estructura del sistema y entiendo que es el único movimiento que ha podido articular todos esos reclamos. No es solo un actor político en términos de la arena pública tradicional, sino que es el único actor político que cuestiona el sistema capitalista y patriarcal. No es un actor político más, es hoy el único actor político revolucionario”.
-El Observatorio que comanda forma parte de la Defensoría, un organismo de estructura estatal. ¿Cuál es su percepción sobre el rol que desarrolla el Estado en relación a la lucha y los reclamos de género?
-Como un campo de disputas de sentido, de disputas de política, el Estado es un campo que aún consideramos posible intervenir y que tiene sus grietas y quiebres. Nos parece un espacio importante para que desde el feminismo interactuemos y tratemos de intervenir. Desde el Observatorio hemos apuntado muchas veces que vemos desde lo estatal una mirada muy reducida de la problemática de agenda de los feminismos. Es una mirada que se ha concentrado casi exclusivamente en los temas de violencia contra las mujeres y de género y muy reducida al ámbito judicial y policial, una mirada que se concentra en lo individual entre víctimas y victimarios. Entonces es una mirada reducida a los temas de violencia exclusivamente y no a la agenda de temas que plantean los feminismos hoy en estas discusiones a partir de los paros.
-¿Cree que el Estado en general y los gobiernos en particular no miran con atención estas movidas como el paro y #NiUnaMenos?
-El Estado no la mira con demasiada atención o, en todo caso, da la posibilidad de que ocurran estos paros sin descontar el día pero no se hace cargo de la agenda completa que está planteando el movimiento feminista. Entre esa agenda y la respuesta del Estado hay una brecha cada vez más grande y eso es evidente no solo porque no existen políticas públicas con presupuesto asignado específicamente para el tema, sino porque, además, mira para el costado sobre todo lo que está pasando en términos de movimientos sociales y lo que pasa en la calle y lo que pasa en términos de organización. No sé hasta cuándo va a poder seguir dando una respuesta tan alejada de ello sin tener algún costo político.
Fuente: LetraP