En mayo de 1967 se realizó La primera operación de bypass coronario que cambió vidas para siempre.
René Favaloro, reconocido cardiocirujano argentino, dejó una huella imborrable en la historia de la medicina al realizar la primera operacion de bypass de arterias coronarias en 1967. Esta innovadora técnica tuvo lugar en la prestigiosa Cleveland Clinic de Cleveland, Ohio, y marcó un antes y un después en el tratamiento de enfermedades cardíacas, al brindar una nueva esperanza y mejorar la calidad de vida de millones de personas en todo el mundo.
El procedimiento de bypass coronario desarrollado por Favaloro, surgió como una solución para aquellos pacientes que sufrían de enfermedad arterial coronaria, una condición en la cual las arterias que suministran sangre al corazón se obstruyen debido a la acumulación de placas de colesterol y otros depósitos de grasa. Esta obstrucción puede provocar angina de pecho y, en casos más graves, un infarto de miocardio.
La técnica del bypass consiste en crear un nuevo camino para la sangre alrededor de las arterias coronarias obstruidas, utilizando un segmento de una vena o una arteria tomada de otra parte del cuerpo del paciente. De esta manera, se restaura el flujo sanguíneo adecuado al corazón, aliviando los síntomas y reduciendo el riesgo de un ataque cardíaco.
El éxito de la primera operación de bypass coronario realizada por Favaloro capturó la atención de la comunidad médica a nivel mundial. Esta intervención no solo demostró la viabilidad de la técnica, sino que también abrió las puertas a futuros avances en el campo de la cirugía cardíaca.
En 1975 creó la Fundación Favaloro en Argentina, con el objetivo de brindar atención médica de calidad y promover la investigación científica en el país. Su legado se refleja en la formación de numerosos cirujanos cardíacos y en la mejora de la atención cardiovascular en Argentina y en el mundo.
La contribución de Favaloro a la medicina cardiovascular ha sido ampliamente reconocida. Recibió numerosos premios y distinciones a lo largo de su carrera, entre ellos el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica en 1996. Sin embargo, su legado trasciende los reconocimientos y premios, ya que su impacto perdura en la vida de millones de personas que han experimentado una mejora significativa en su salud y calidad de vida gracias a la técnica del bypass coronario.