El presidente Javier Milei destacó la notable reducción de la inflación en noviembre, cuando los precios al consumidor aumentaron un 2,4% mensual, el nivel más bajo desde 2020. Este descenso se produce tras un año marcado por ajustes fiscales severos y una recesión económica que impactó el consumo. Al asumir, la inflación mensual había alcanzado un pico de 25,5% en diciembre pasado, pero comenzó a moderarse en los meses siguientes. Según el INDEC, sectores como educación (5,1%) y vivienda (4,5%) lideraron las subas en noviembre, mientras que alimentos y bebidas no alcohólicas crecieron solo un 0,9%, un alivio relativo en un contexto de ingresos golpeados.
El mandatario atribuye el avance al “proceso de desinflación” y asegura que permitirá eliminar el cepo cambiario en 2025, una promesa clave de su gestión. No obstante, críticos señalan que el retraso en la aplicación de un nuevo índice de precios, diseñado para reflejar patrones de consumo actuales, podría estar maquillando las cifras. Mientras tanto, la canasta básica alimentaria, que define la línea de indigencia, se encareció un 1,1%, costando 142.149 pesos por persona, un valor que sigue distante del salario mínimo. Milei también renovó sus promesas de eliminar la recesión, reducir impuestos y abrir la economía a un sistema de monedas libres.