La recesión en Argentina sigue dejando huellas profundas en los hábitos de consumo de los ciudadanos. Un estudio privado realizado por la consultora Trendsity a través del Observatorio de Expectativas del Consumidor, revela cómo la población se ha visto obligada a modificar sus comportamientos financieros para enfrentar la crisis.
Entre las principales conclusiones del relevamiento, se destaca que el 57% de los encuestados ha comenzado a utilizar sus ahorros para cubrir los gastos mensuales, una tendencia que refleja la necesidad urgente de recurrir a reservas de dinero ante la falta de ingresos suficientes.
El informe también pone de manifiesto un cambio significativo en las compras diarias: el 76% de los consumidores ha optado por reemplazar marcas habituales por segundas marcas más económicas, mientras que el 58% ha recortado la compra de productos esenciales. Además, un 54% de los encuestados recorre varios puntos de venta en busca de mejores precios, y el 51% ha reducido la frecuencia de sus compras, priorizando la comparación de costos.
En cuanto a la alimentación, las familias están ajustando sus dietas, aumentando el consumo de alimentos básicos y económicos, como legumbres y cereales, en detrimento de la carne vacuna, cuyo consumo ha caído a niveles históricos.
El estudio también revela que la preocupación por la economía es una constante para los argentinos: el 88% de los encuestados considera que la situación económica actual y futura es su principal inquietud, y el 95% califica el estado del país como “regular” o “malo”.
Este panorama de recesión y ajustes en el consumo destaca la resiliencia de la población, que busca maneras de estirar sus ingresos y adaptarse a una economía en crisis.